Agenda Legislativa: última oportunidad
06 - Febrero - 2012
Después de un periodo de inactividad de un mes y medio, ha iniciado el último periodo de sesiones de la Legislatura vigente, la número 61. Ahora sí, es la última oportunidad de los senadores y diputados federales actuales, de romper con una fase de esterilidad legislativa, que se ha prolongado a lo largo de 15 años de transición democrática.
Años en que la figura del representante popular se ha desprestigiado enormemente, hasta convertir al Poder Legislativo en una de las instituciones que menos confianza inspiran.
Reconocemos la aprobación de reformas que tendrán un impacto favorable para el país, como la Ley de Asociaciones Público Privadas, la de competencia, anti-secuestros y los cambios en el Infonavit. Sin embargo, tan sólo en esta Legislatura se acumula un rezago de más de 2 mil iniciativas.
Lo que ha faltado no son iniciativas, discusiones y discursos en tribuna. En estas áreas, los legisladores han sido muy activos. El problema es a la hora de aterrizar y concretar. No se percibe la intención de lograr acuerdos, dictámenes, investigaciones concluidas y leyes aprobadas.
Hoy sabemos que en esta Legislatura, en promedio, se han mandado nueve iniciativas por día al archivo. También, que en las votaciones, casi 40% de los senadores y 31% de los diputados no participaron. Sólo tres diputados de 500, estuvieron en todas las votaciones.
Lo que percibe la ciudadanía, es un uso de los escaños y curules para hacer política electoral, más que leyes.
126 diputados y 36 senadores ya pidieron licencia o han manifestado que lo harán en breve, para buscar otros cargos de elección popular. De los que hayan decidido permanecer en sus puestos, esperamos que, efectivamente, sean tres meses de intenso trabajo legislativo. Que no sea un tiempo perdido.
Las fracciones parlamentarias de los partidos ya han dado a conocer sus agendas. Esperamos que tengan una genuina voluntad para sacarlas adelante.
Las tres fuerzas políticas con más representación coinciden en trabajar en materia de combate al lavado de dinero y una Ley de Seguridad Nacional. El PAN y el PRI, se proponen avanzar en las reformas política y laboral, así como en responsabilidades de los servidores públicos. PRD y PRI, incluyen entre sus prioridades, derechos de los periodistas, atención a víctimas de delitos y derechos humanos. PAN y PRD, en mitigación del cambio climático.
Para el PRD, destaca, también, la Ley General de Procedimientos Policiacos y Uso Legítimo de la Fuerza, tipificación del feminicidio y garantizar el derecho a la identidad.
Para el PAN, un nuevo Código Federal de Procedimientos Penales, regulación de la deuda pública estatal y municipal, cambio climático, agua, transparencia, legalidad y eficiencia en los gobiernos locales.
En la agenda priista, destacan reformas para fortalecer la Auditoría Superior de la Federación y el sistema de rendición de cuentas, mando policial único, extinción de dominio, trata de personas, sistema penitenciario, Banca de Desarrollo, mayores facultades tarifarias a la Comisión Reguladora de Energía, y seguridad alimentaria.
Todos son temas relevantes para el país, y en la mayoría de los casos, los cambios requeridos son apremiantes. Si hay coincidencias en cuanto a las prioridades, la obligación es lograr también coincidencias en los contenidos, para fines de aprobación.
Para Coparmex, en este periodo debe aprobarse la reforma laboral. Ya son décadas de consultas y debates. Hay que tomar decisiones. Un supuesto costo electoral no debe pesar más que el interés de la nación y la posibilidad de multiplicar empleos. Los mexicanos reconocerán a quienes se arriesguen por el bien común, por encima del partidista o de grupos.
En el mismo caso está la reforma política, la más trascendente de todas por sus implicaciones. No debemos esperar más, y hay que ir a fondo: no pueden faltar asuntos como la reelección de legisladores y alcaldes. Desde ahora, es posible sentar bases para la gobernabilidad democrática en México en el próximo sexenio, y por mucho tiempo más. Ayudemos a que los próximos gobernantes y representantes populares puedan cumplir mejor con sus responsabilidades, y nosotros –los ciudadanos– participar y tener rendición de cuentas.
En vista de los problemas que se han suscitado recientemente en temas de competencia y regulación, consideramos indispensable y urgente que el Congreso legisle para otorgar autonomía de gestión a todos los organismos reguladores y de supervisión, como el SAT, Condusef, Consar, Cofetel, CRE, Cofepris y Cofeco. Hay que dotarlos de más independencia técnica y operativa. Que den certeza jurídica a todos los actores, con una actuación apegada a derecho y con transparencia.
Es perfectamente posible aprobar, antes de abril, la ley de Seguridad Nacional, la legislación anti-Lavado de Dinero y los cambios que urgen en materia de códigos y procedimientos penales: homologarlos y terminar con el sistema actual, anacrónico y corrupto. Si hay voluntad, inclusive se puede transitar hacia el mando policial único en los estados. Sería un avance sustancial contra la debilidad de las instituciones locales frente a la delincuencia.
Los legisladores han manifestado su preocupación por la incertidumbre del entorno económico internacional y sus efectos en México. Coincidimos, y les pedimos que se ocupen de hacer lo que está en sus manos para mitigar riesgos y fortalecer el mercado interno con las medidas que Coparmex propone, como estímulos a la inversión y gestión sustentable, incentivos en educación y a la investigación e innovación, simplificación fiscal y Banca de Desarrollo, entre otras.
Los mexicanos demandamos a los legisladores que separen sus obligaciones con México de los compromisos partidistas, y le den al país, en estos tres meses, la satisfacción de un esfuerzo responsable, digno y productivo. Esperamos la aprobación de leyes y reformas importantes y bien hechas: sin errores, y que no sean cambios superficiales.
Señores legisladores federales: ustedes tienen una gran deuda con sus representados y con México. Tienen tiempo de saldarla en estos tres meses.
Un saludo afectuoso.
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