lunes, 5 de marzo de 2012

Señal Coparmex 116 – Lic. Gerardo Gutiérrez Candiani
Un México Posible y Viable
20 - Febrero - 2012

Amigos de Coparmex:

Este es un año para pensar en México; para ir más allá de las visiones individuales, regionales, partidistas o sectoriales. Es tiempo de perfilar el país que queremos y podemos ser, si nos lo proponemos. De escuchar distintos proyectos y perspectivas, para enriquecer los propios y crear, colectivamente, una agenda nacional que todos podamos hacer propia y comprometernos a llevarla a cabo.

El proyecto de un México Posible y Viable, con soluciones para este año y el próximo sexenio. Una agenda ciudadana que obligue a quienes aspiran a gobernarnos a dar su postura expresa sobre cada punto y sus compromisos al respecto.

Partamos del México que tenemos hoy, para construir un mejor futuro, y saber dónde queremos estar en el 2018.

Hemos dado pasos decisivos a la democracia y a una economía de mercado moderna, pero seguimos siendo una de las naciones con más desigualdad social, con 52 millones de pobres, y arrastramos una cultura crónica de ilegalidad e impunidad. Hoy, México enfrenta una grave crisis de seguridad pública e incapacidad para lograr un crecimiento económico a la altura de sus necesidades y potencial. Su sistema político, lejos de solucionar estos retos, se ha vuelto un obstáculo para superarlos. 

Estoy convencido de que podemos llegar al cierre del próximo sexenio, como una nación realmente de clase media, con un Estado de bienestar, educación de calidad y acceso generalizado a oportunidades y empleos dignos.

Una democracia consolidada y con instituciones sólidas, que hacen cumplir la ley, sin impunidad, y salvaguardan la seguridad pública.

En materia económica, tenemos estabilidad y fundamentos macroeconómicos sanos, pero en dos décadas no hemos podido crecer más de 2.8% anual en promedio, ni crear empleos y oportunidades suficientes, en cantidad y calidad. Nuestra competitividad acumula un rezago creciente frente a otras economías.

En menos de tres años, podemos dar pasos decisivos para consolidar una economía que crezca al 6% anual de manera sostenida, con un millón de empleos de calidad anuales, oportunidades y movilidad social. Con un mercado interno en expansión, exportaciones crecientes y diversificadas y condiciones óptimas para el desarrollo y la multiplicación de las empresas.

Para hacer posible estas metas, necesitamos dar un gran impulso al mercado interno, con acciones de efecto rápido, como el relanzamiento de la Banca de Desarrollo, Zona Económica Especial fronteriza, simplificación e incentivos fiscales.

Hay que dar autonomía, mayores facultades y transparencia a todos los órganos reguladores. Entre este año y el próximo tenemos que lograr la aprobación de las reformas laboral, fiscal y energética. Hay que iniciar el sexenio con ese compromiso y una política industrial de avanzada, con base en una alianza de la iniciativa privada y el sector público, y un nuevo plan de Infraestructura de clase mundial.

Durante el sexenio, debemos consolidar una sola economía, todos dentro de la ley; y hacia afuera, podemos ir por una profundización del TLCAN, con mayor integración productiva, que devuelva la competitividad a nuestra región.

El México del 2012 tiene un sistema político e instituciones que no se ajustan a su paso a la democracia, con dominio de intereses partidistas y de grupo. No facilitan los acuerdos y fallan en la responsabilidad de procurar la justicia y hacer valer la ley.

El reto es consolidar la democracia a partir de una creciente participación ciudadana, que impulse una transformación institucional, orientada a la eficacia, la transparencia, la rendición de cuentas y la vigencia del Estado de derecho.

A más tardar en el primer trimestre de 2013, debemos tener listas una reforma política y electoral de fondo.

Hay que demandar un código de responsabilidades legislativas, que establezca reglas claras de rendición de cuentas, y la urgente homologación de códigos y procedimientos penales. Emprender, cuanto antes, una Cruzada Nacional contra la Corrupción e Impunidad y la propuesta de Coparmex de un Zar anticorrupción ciudadano.

Dos prioridades son homologar la legislación de los institutos de acceso a la información y una reingeniería del sistema de asignación, planeación y ejercicio del gasto público en todos los niveles de gobierno, partiendo de un nuevo acuerdo federal de coordinación fiscal.

En el ámbito social, hoy México es un país con desarrollo humano superior al promedio, pero sigue siendo una de las sociedades más desiguales del mundo, con rezagos en educación, seguridad social precaria y sustentabilidad ecológica comprometida.

Un objetivo fundamental para el próximo sexenio debe ser erradicar la pobreza extrema y reducir la pobreza patrimonial drásticamente, para enfilarnos a ser un país de oportunidades para todos.

El nuevo gobierno debe iniciar con compromisos expresos para tener un sistema de escuelas de tiempo completo: 6.5 horas, comida y 200 días de clase efectivos; conectividad y computadoras para todos los estudiantes; un sistema de evaluación y desarrollo docente consolidado; y metas para alcanzar niveles competitivos en la prueba PISA.

Hay que emprender una reestructura del sistema de subsidios, para asegurar la cobertura a todos los segmentos de la población en pobreza, su asignación eficiente, focalizada y sin duplicidades.

Muy importante: vamos por la seguridad social universal, para todos los mexicanos. Comencemos por la integración de los sistemas IMSS, ISSSTE y Seguro Popular, eliminando incentivos a la informalidad.

El mayor desafío es el del crimen organizado y la grave crisis de inseguridad que padecemos. Los tres niveles de gobierno no han sido capaces de coordinarse con eficacia para hacer valer el Estado de Derecho y salvaguardar la integridad física y patrimonial de todos los ciudadanos.

Podemos superar este reto, para salir fortalecidos: con instituciones, autoridades y policías profesionales y honestas.

Son indispensables la Ley Anti-lavado de dinero y la de Seguridad Nacional. Hay que transitar cuanto antes a los mandos policiacos únicos en los estados, con coordinación eficaz a nivel federal, y hacer un esfuerzo extraordinario de reconstrucción del tejido social.

La agenda ciudadana debe contemplar la profesionalización y autonomía de la función de Ministerio Público y una discusión seria sobre la creación de una Secretaría del Interior, que unifique las policías federales, y en torno a las necesidades de generar una nueva estrategia hemisférica contra el crimen organizado.

Coparmex es una gran fuerza ciudadana, y está llamada a jugar un papel trascendente para detonar ese México Posible y Viable, que está a nuestro alcance. De mi parte, reiteró mi compromiso para apoyar a esta organización en los esfuerzos que todos ustedes emprenderán en los meses y años por venir.

Un fuerte abrazo.

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